

Los riesgos de una literatura hecha a base de fór-
mulas exitosas son parte de la cultura de masas, pero
realmente el fenómeno no es exclusivo de esta lite-
ratura, pues el mercado impone este rasgo a muchos
otros productos de consumo.
Pienso que existe como contraparte una oferta
vigorosa, que sobrepasa esos límites lectores que se
han construido teóricamente. Ciertamente muchos
lectores sabemos que estamos ante una obra juvenil
cuando estamos ante ella, las mejores, al igual que
en otras obras literarias, son aquellas cuya calidad
trasciende ese receptor virtual para convertirse en un
patrimonio de los lectores avanzados de diferentes
contextos y países.
Son muchos los ejemplos que vienen a mi men-
te, como
El curioso incidente del perro a medianoche
del inglés Mark Haddon, que muestra cómo un joven
de 15 años, limitado en sus relaciones, decide averi-
guar quién mató al perro de su vecina. Durante esta
pesquisa, magistralmente expuesta desde la perspec-
tiva de este joven discapacitado, se irán revelando su-
tilmente secretos familiares que lo llevan a descubrir
una gran mentira que desordena su tranquilo mundo.
Su madre, en realidad no está muerta.
El hombre que quería escribir una carta
del co-
lombiano Evelio José Rosero navega las aguas del
existencialismo al estilo de Sábato. Esta novela corta
(o cuento largo) cuestiona fuertemente la incomuni-
cación humana, y expone la escritura como una ex-
periencia traumática en un mundo aplastante y gris.
El abrazo
de la brasilera Lygia Bojunga Nunes asume
un tema difícil, el de la violación de una niña quien
ya adolescente encuentra nuevamente a su agresor.
El juego teatral que cierra el relato deja un final di-
fícil de digerir
. Los años terribles
de Yolanda Reyes,
en una interesante arquitectura de tres planos narra-
tivos, muestra la adolescencia como una etapa de
rebeldía que impone ciertas decisiones que a veces
nos alejan de los afectos más cercanos.
Los vecinos
mueren en la novelas
del argentino Sergio Aguirre
retoma el género policial con una agudeza brillante,
la historia de un crimen puede tener diferentes ver-
siones. El suspenso crece como la cresta de una ola
que se eleva en un final que sorprende por el cam-
bio de perspectiva inusitado.
La saga de los confines
,
de la escritora argentina Liliana Bodoc, nos muestra
una obra ambiciosa en tres tomos, que se plantea en
los esquemas de la fantasía épica de tradición ingle-
sa, pero que se construye con originales motivos de
diferentes culturas prehispánicas y las marcas de un
fondo histórico latinoamericano. La imaginación
desbordante y la creación de un mundo paralelo
verosímil, le otorgan un puesto de honor en la na-
rrativa juvenil latinoamericana.
Otras problemáticas que nos sacuden, como el
secuestro, los desaparecidos y los niños de la calle,
aparecen como parte de estas referencias de obras
juveniles. En
Paso a paso
la colombiana IreneVasco
asume la perspectiva de una adolescente cuyo pa-
dre ha sido secuestrado por la guerrilla. La expec-
Creo, en todo caso, que la literatura
juvenil sí tiende ese puente entre las
lecturas de infancia y aquellas que
hacemos como adultos.
7
2008 • NÚMERO 1 • VOLUMEN V
•
BARATARIA