

Por Fanuel Hanán Díaz
Literatura juvenil,
sobre el filo de
una cuerda
F
ormo parte de una gene-
ración que creció en un
interregno, entre la lec-
tura de los clásicos de aventuras y
una nueva narrativa que se estaba
imponiendo en el mercado edito-
rial, escrita y concebida editorial-
mente para jóvenes.
Así que, en parte, mis recuer-
dos están poblados de persona-
jes como Jim Hawkins, el joven
protagonista de
La Isla del Tesoro
;
Sandokan, el indomable pirata de
Malasia; Mowgli, el niño lobo de
la selva, pero también de Jess, el
fantasioso amigo de Leslie con
quien traza el mapa de Terabithia;
Momo, la niña huérfana que lu-
cha contra el olvido y Flanagan,
el versátil detective de una saga
juvenil que devoré con pasión.
Todos y cada uno de estos
personajes tuvieron algo que ver
en mi camino de lector, sobre el
cual quisiera echar una mirada
atenta en este artículo.
Recuerdo que para el momen-
to en que comenzaba a explorar
algunos autores que estaban a la
cabeza de las primeras coleccio-
nes de narrativa juvenil, tuve la
oportunidad de ver la versión ci-
nematográfica que hizo Ford Co-
ppola de
Rumble Fish
, traducida
al español como
La ley de la calle
.
Para mí fue revelador descubrir ese diálogo que podía tejerse entre una
obra literaria que recién había leído y una película impecable. Recuer-
do que la película era en tonos muy pálidos, creo que en valores de
grises, excepto por la imagen de una pecera donde un grupo de “lucha-
dores de Siam” de vívidos colores describía, en un plano diferente, la
dura realidad de este grupo de jóvenes que se imponían en su mundo
por las leyes de la violencia callejera.
Para ese momento creo que había una marca muy fuerte del rea-
lismo sucio en la narrativa juvenil, y se tendían coordenadas donde
aparecían sin muchos tapujos contenidos que para ese momento eran
considerados tabú, como las fracturas familiares, la relaciones sexuales,
la muerte inesperada, el alcoholismo, la intolerancia, y otros temas aso-
ciados como el desempleo, la guerra, la homosexualidad y el suicidio.
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BARATARIA
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VOLUMEN V • NÚMERO 1 • 2008