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Scieszka y Smith también colaboran en un inte-

resante proyecto editorial,

El apestoso hombre de

queso y otros cuentos maravillosamente estúpidos

(2004), recientemente traducido por Thule Edicio-

nes. En este interesante experimento metaficcional

el humor es usado para ejemplificar cambios de pa-

radigmas literarios y culturales. Esta clase de libros

álbum, que no sólo son más complejos porque tie-

nen más texto para leer sino porque hacen explíci-

tos los mecanismos de la ficción y coquetean con la

parodia, pueden ser muy atractivos para los lectores

que comienzan a sentirse seguros de sus competen-

cias lectoras. Son recomendables para estos lectores

más diestros y osados libros como los de la serie del

detective Chatterton del autor e ilustrador francés

Yvan Pommaux. En su trilogía, constituida por

Lilia:

un caso para John Chatterton

(Ekaré, 1999),

Detec-

tive John Chatterton

(Ekaré, 2000) y

El sueño inter-

minable

(Ekaré, 2002), ofrece guiños a los cuentos

de hadas, la novela negra, el cine

noir

, el cómic

y la cultura

pop

, sin dejar de divertir y mantener

el suspenso hasta la última página. Las historias de

detectives siempre son atractivas para los niños en

estas edades, pero el reto de ordenar este

collage

que ofrece el autor le da un

plus

adicional.

En los libros destinados a estas edades muchas

veces las situaciones humorísticas dependen de que

un adulto sea ridiculizado; de que se muestre que

pueden ser tan vulnerables como los niños. Roald

Dahl era un maestro haciendo esto. Libros como

Los cretinos

(Alfaguara, 1985),

El dedo mágico

(Al-

faguara, 1985) o

Argu Trot

(Alfaguara, 1991) son

buenos ejemplos de ello. En sus libros los adultos

suelen carecer de sensatez y sensibilidad, mientras

que los niños sí reúnen estas cualidades. Una auto-

ra argentina que utiliza con frecuencia este recurso

para hacer libros humorísticos es Isol. Su libro

Se-

cretos de familia

(FCE, 2003), además de valerse del

recurso de lo inesperado y lo absurdo para hacer

reír, juega con presentar a los adultos de una manera

ridícula, como lo es que la madre de la protagonista

(así como las madres de sus amigos) se convierta y

parezca un animal al despertar. Isol también juega

con introducir elementos o situaciones inesperadas

en sus libros.

Pero no todo tiene que estar al revés o trastocado

para que los primeros lectores puedan leer un libro

de un solo tirón. También son importantes los libros

donde los lectores puedan reconocerse.

El confortable mundo de lo cotidiano

El gusto de los primeros lectores por el realismo ex-

presado en lo familiar y el conocido universo hoga-

reño es innegable. Experiencias universales como

el primer día de clases, el cumpleaños, enfermar-

se, la relación entre hermanos, las relaciones con

otros miembros de la familia, como los tíos, padres

o abuelos, son recreadas una y otra vez. Recono-

cerse, verse retratado en la historia da cierto placer.

Además, los escenarios domésticos pueden ayudar

a que el niño lector explore su mundo interior, así

como a revisar las relaciones que sostiene con los

otros miembros de su familia.

La autora alemana Christine Nöstlinger, ganado-

ra del premio Hans Christian Andersen, y el autor

búlgaro Dimiter Inkiow entienden esto y han sabi-

do reproducir la calidez y la familiaridad del ho-

gar en sus libros. La serie de los libros de Franz

(Norma) se ha convertido en un hito dentro de la

oferta de libros para niños de 7 años en adelante.

Cada uno de los libros comienza por explicarnos

qué caracteriza a Franz y a su entorno. Saber que

Franz es el niño más pequeño de su escuela, cono-

cer a sus familiares y a la chica por la que suspira

es suficiente información para que el lector pueda

pasearse por los libros de esta serie sin necesidad

de seguir un orden progresivo. La estructura y los

temas tratados ofrecen la familiaridad que necesita.

Más o menos lo mismo va para la resuelta serie de

las aventuras de

Yo y mi hermana Clara

(Norma) de

Inkiow. La serie, basada en el amor filial, muestra

el tipo de enredos en los que pueden meterse unos

hermanos.

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