

estos sepan que existen opciones que se ajustan a
sus gustos e intereses. Por esto mismo es muy im-
portante estar atentos a cuáles son esos intereses y
gustos. Descubrir el aspecto emotivo que encierra
el acto de la lectura es vital en este punto. Es im-
portante hacerles llegar libros que los hagan entrar
en contacto con sus emociones y que les permitan
descubrir que la literatura nos ayuda a ordenar el
mundo que nos rodea a través de la palabra.
Entre los 6 y los 9 años de edad, los niños pa-
san de apenas comenzar a unir sílabas para formar
palabras a leer frases sin trastabillar. Por ello, como
dice Hearne, los libros deben ser idealmente “lige-
ros y de bajo perfil”. Con esto no se quiere decir
que deban ser fáciles e insignificantes, si no que
sean amables en cuanto a que tengan una estructu-
ra narrativa, una sintaxis y un lexicón manejables.
Los contenidos —preferiblemente con elementos
familiares y buen uso del suspenso y del humor—
deben colarse sin que el lector se percate de los re-
tos que implica su lectura. Tan es así que, en inglés,
a los libros apropiados para primeros lectores que
cumplen con estas características se les suele llamar
easy-to-read books
(libros sencillos de leer)
.
Divide en capítulos y vencerás
Ahondemos un poco en por qué es importante que
los libros tengan una estructura accesible. Las histo-
rias sencillas divididas en episodios o capítulos cor-
tos permiten que un adulto las lea en colectivo al
ritmo lento que caracteriza el mundo infantil; pero
también hacen que un lector aprendiz las lea to-
mando las pausas que necesita para no atropellarse.
Los libros por capítulos también facilitan al lector el
descubrimiento de que la lectura tiene un carácter
progresivo; que es importante ir paso a paso para
culminar una lectura, pues en el capítulo o episodio
anterior hay elementos para entender el capítulo si-
guiente.
Para avanzar en la lectura de libros por capítulos
es necesario que la estructura se apoye en una sin-
taxis igualmente simple. Aunque el vocabulario em-
pleado debería invitar a conocer nuevas palabras,
es importante que predominen las palabras cono-
cidas por los niños a esas edades. Preferiblemente,
las palabras nuevas para el lexicón deberían poder
ser inferidas por contexto. Cuando esto no sea posi-
ble, es importante que los adultos que acompañen
al lector en su proceso de inmersión en la cultura
escrita puedan ayudarlo a entender las nuevas pa-
labras y, de esa manera, descubrir la riqueza que
tiene la lengua para decir una misma cosa.
Arnold Lobel, ganador de las medallas Newbery
y Caldecott, es uno de los autores que maneja con
mayor pericia esta estructura que permite que el
lector vaya de principio a fin sin percatarse de su
hazaña. Los libros de la serie de Sapo y Sepo, pu-
blicados en los setenta y traducidos al castellano en
la década de los ochenta, se han convertido, junto
con los libros de la serie de Ramona de Beverly
Cleary, en paradigmas de la estructura del
easy-
to-read book
por su pasmosa y efectiva sencillez.
La serie de Sapo y Sepo narra las aventuras de dos
amigos inseparables y la serie de Ramona cuenta
todas las ocurrencias de una niña traviesa incontro-
lable que desespera a todos en casa y la escuela.
Lamentablemente, desde hace mucho, estos li-
bros no tienen buena circulación en América Lati-
na. Ediciones Ekaré y Kaladraka han traducido en
la última década algunos de los libros de Lobel di-
rigidos al público que nos ocupa, como
Búho en
casa
(Ekaré, 2002) y
Sopa de ratón
(Ekaré, 2003) e
Historias de ratones
(Kalandraka, 2000), pero los li-
bros de Cleary ahora son sólo una referencia lejana
para el público hispanohablante.
Búho en casa
es
un libro verdaderamente entrañable que sorprende
por su capacidad de acercarnos a la psique de los
niños; a su visión del mundo.
Sopa de ratón
e
His-
torias de ratones
, aunque claramente son historias
de autor, tienen una estructura que recuerda a las
estructuras orales por la manera en que se encade-
na un cuento con otro.
Pero limitar el acierto de estos libros a la estruc-
tura amigable sería un error: esta no basta para se-
guir adelante en la lectura. Las primeras lecturas
deben tener otro tipo de estímulos para enganchar
a sus lectores.
Humor y suspenso
Nada mejor para los primeros lectores que saber
que en la página siguiente les aguarda algo que les
generará una carcajada o un escalofrío. Cuando la
lectura es nueva en el mundo de los niños, las his-
torias están inevitablemente vinculadas al juego,
a la imaginación. Por ello, en muchos libros para
Los libros aburridos o inaccesibles
pueden llegar a ser letales.
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