Table of Contents Table of Contents
Previous Page  13 / 28 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 13 / 28 Next Page
Page Background

grandes verdades. Es un poco más cómo-

do hablar desde la voz de un insecto o po-

ner a pelear al piojo con un enemigo ma-

yor, como metáfora del débil que se revela

contra el más fuerte. ¿Cree usted que los li-

bros infantiles, considerados erróneamente

más neutrales, tienen una carga ideológica?

GR: Irremediablemente. Para bien o para mal. No

se pueden decir dos palabras sin que estén carga-

das de ideología. Todos los que apuntan en contra

de las ideologías progresistas –y apenas digo pro-

gresistas– defienden, sosteniendo que allí no hay

ideologías, las ideas más retrógradas o más tontas. Y

todas las ideas tontas, toda la supuesta cosa inocen-

te que se les da a los niños es profundamente reac-

cionaria, y trabaja para que este mundo tan injusto

siga siendo siempre exactamente igual. O tal vez,

en el mejor de los casos, como diría Lampedusa en

la novela

El Gatopardo

, hay que cambiar para que

todo siga igual. Pero no son sólo los militares los

malos de la película. Esta es una sociedad donde

los militares nunca estuvieron solos. Los problemas

de censuras, de prohibiciones, de miedos también

pasaron siempre en épocas de democracia. Claro

que sin tanta violencia y tantas muertes.

FD: ¿Qué representa

Dragón

en su estilo?

Pareciera ser una autobiografía; es como

una revelación de quien escribe, si se lee

entre líneas. ¿Qué hay de Gustavo Rol-

dán en esa construcción del personaje?

GR: Seguramente hay mucho de Gustavo Roldán,

como hay mucho en las

Historias del piojo

o en

cualquier aventura de una pulga. Creo que siempre

estamos escribiendo sobre los mismos conflictos,

con piojos o dragones, que nos dan vuelta por den-

tro. Es decir, escribimos sobre lo que somos, sobre

los problemas que nos invaden, aunque parezcan

cosas distintas la enormidad de un dragón o la in-

mensa pequeñez de un piojo. Pero los piojos o las

pulgas son los que van a cambiar el mundo, porque

ven las injusticias. Ellos van a hacer la revolución,

lo que no quita que también algún dragón les dé

una mano.

FD: Hay muchas personas que quieren es-

cribir para niños en estos momentos. Pare-

ciera ser una apuesta interesante, si se hace

con honestidad y sin prejuicios. Desde su

experiencia, ¿qué es lo más difícil de lo-

grar para consolidar un estilo que enganche

a los lectores? ¿Qué recomendaría a quien

se inicia en la escritura de libros para niños?

GR: Que no escriba para niños. Que escriba para

personas. Para personas inteligentes que, aunque

no puedan explicar las cosas, pueden recibirlas por

donde se recibe la música, por donde se recibe el

arte: por la piel, por los poros, por los ojos, por los

oídos, y también por la razón. Que apueste a lo

más difícil y que no tenga miedo de equivocarse. Y

si se equivoca –siempre nos equivocamos–, que se

equivoque para arriba.

11