
Barataria
2016
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Pero la investigación señala que los libros no ofrecen
solo la posibilidad de reflexionar sobre la propia identi-
dad sino que otorgan asimismo la ocasión de viajar con
la mente y el corazón a otros mundos, de conocer
otras maneras de pensar y actuar ante situaciones
diversas. Los personajes son, de alguna manera,
un
alter ego
: nos ayudan a mirar desde distintas
perspectivas, nos abren ventanas al mundo para ob-
servar con ojos nuevos.
Esta oportunidad que nos brinda la literatura de
conocer puntos de vista diversos constituye un
aprendizaje social importante pues colabora en la
comprensión y reconocimiento del otro. Además de
promover la apertura y la empatía, ayuda a tomar
conciencia de la complejidad de
la existencia y del
simplismo de los estereotipos. Al mismo tiempo,
permite reconocer que casi todos los contextos
están
construidos a partir de la aportación de diferentes cul-
turas y a valorar la diferencia como fuente de enrique-
cimiento personal y colectivo. Aprendizajes de este
tipo pueden auxiliar a los lectores en la construcción
o reconstrucción de la propia identidad, pero también
pueden ayudar a comprender a los otros y a asumir
una responsabilidad social para que la integración sea
ya no un anhelo, sino una realidad.
1. A modo de cierre
Las experiencias de lectura y discusión de libros ál-
bum complejos desarrolladas con los niños muestran
aprendizajes significativos en torno a los libros, las
estrategias de lectura puestas en juego, los modos
de acercamiento a los textos y la reflexión sobre la
identidad, la alteridad o el sentido de pertenencia de
los sujetos. Estas prácticas invitan a pensar sobre los
diversos campos abordados, reflexiones que com-
partimos aquí con el fin de ofrecer a los mediadores
pautas útiles en la elaboración de propuestas para la
lectura compartida.
Libros y proceso lector
Las prácticas desarrolladas refuerzan una idea que la
didáctica de la literatura viene subrayando hace años:
que la selección de textos es fundamental para pensar
y plantear la praxis literaria. Los libros escogidos para
la investigación parecen desafiar las capacidades de
los lectores en la medida en que constituyen propues-
tas complejas, que invitan a la reflexión. En esta línea,
conviene que:
Los libros para compartir [ofrezcan]
alguna resistencia al lector para que
valga la pena invertir en ellos el siempre
escaso tiempo escolar. Si no hay un
significado que requiera un esfuerzo
de construcción, no puede negociarse
el sentido; si la estructura es siempre
convencional, no se aprende a estar
atento para anticipar o notar las elipsis;
o si no hay ambigüedades interesantes
no tiene objeto buscar indicios, releer
pasajes y discutir las posibles interpre-
taciones (Colomer 2005: 203).
Esto implica no estar atentos solo a lo que se cuenta,
sino también a cómo está contado, y
observar las
relaciones
entre los niveles de historia y discurso, y
entre los lenguajes utilizados. Resulta importante
además ofrecer a los niños propuestas textuales
variadas que les permitan desplegar estrategias de
lectura diversas, que los lleven a buscar la interpreta-
ción aceptando la incertidumbre y la polisemia como
parte del juego literario.
Lectura compartida y discusiones literarias
En cuanto a la mediación, no debemos perder de
vista la necesidad de conocer bien tanto el grupo como
los textos escogidos para promover el encuentro
gozoso y profundo entre ambos. Si tenemos en cuenta
que la lectura literaria tiene una fuerte dimensión
afectiva, cabe adecuar el contexto y dotarlo de cierta