
Barataria
2016
20
historia, nos relata la vida de muchos niños campe-
sinos que sufren el desarraigo y que dejan atrás una
vida bucólica para integrase a las extensas barriadas
que son tan representativas de los modelos urbanos
latinoamericanos. El contraste entre un espacio abierto
y un ambiente asfixiante, traza una marca de identidad
que se resuelve en la escena final donde la niña con-
templa el cielo en medio de un basurero. El lenguaje
de las estrellas aún puede conectarla con su pasado.
Uno de los flujos migratorios más crudos de la historia
reciente se desarrolla en la espina dorsal entre Centro
América y México hacia Estados Unidos. Miles de
personas emprenden un larguísimo viaje que las lleva
desde pueblos remotos a la frontera con Estados
Unidos. La pobreza, la fantasía del
american way of
life
y la intimidación ejercida por grupos criminales,
las llamadas “maras”, obligan a muchas personas a
emprender un recorrido escabroso e inseguro. Atrás
queda el lugar de origen, el cultivo, el pueblo en medio
de las montañas… Nuevamente
la esperanza
se
constituye en motor principal para iniciar la travesía:
encontrar al padre del cual no se tienen noticias, llegar
a la ciudad de los rascacielos, huir de una amenaza
de muerte.
En
Migrar
un niño nos cuenta, desde su perspectiva,
el viaje que emprende con su familia para buscar a
su padre en Estados Unidos. La milpa y la vida en el
campo aparecen en las primeras escenas que están
ubicadas arriba, en el Norte geográfico, mientras que
todo el recorrido con sus peligros y amenazas se va
describiendo a medida que el libro se despliega. Atrás
quedan los recuerdos, los juegos con Gazul el perro
y el momento en que el dueño de la tierra le dijo a su
mamá que abandonara la casa…Por eso, sin nada
entre las manos, la familia asume una travesía que los
lleva a un viaje lleno de sobresaltos hasta que por fin al-
canza el ansiado Norte. Allí, en medio del anonimato el
protagonista se acuerda de su casa y siente nostalgia
por Gazul, su perro… El desplazamiento de Norte a
Sur, invertido en este caso, nos proporciona otra
perspectiva, la del migrante, que llega a una ciudad
del “primer mundo” que está abajo. La polaridad se
invierte, desde el Sur nuevos aportes enriquecen el
tejido multicultural de un Norte inalcanzable.
Desplazamiento forzado
Es desplazada toda persona que se ha
visto forzada a migrar dentro del territo-
rio nacional abandonando su localidad
de residencia o actividades economicas
habituales, porquesuvida, su integridad
fisica, su seguridad o libertad persona-
les han sido vulneradas o se encuentran
directamente amenazadas, con ocasion
de cualquiera de las siguientes situacio-
nes: conflictoarmado interno, disturbios
y tensiones interiores, violencia ge-
neralizada, violaciones masivas de los
derechos humanos, infracciones al
derecho internacional humanitario u
otras circunstancias emanadas de las
situaciones anteriores que puedan
alterar o alteren drasticamente el orden
público...
Este es el artículo primero de la llamada Ley 387 de
1997. Allí se define un tipo de migración interna que
ha marcado la sociedad colombiana de una manera
profunda. Millones de personas han tenido que aban-
donar sus lugares de origen de forma intempestiva,
víctimas de horribles actos de violencia. En Colom-
bia muchas personas se encuentran en medio de un
fuego cruzado, entre la guerrilla, los paramilitares, las
bandas organizadas y los carteles de la droga. Y en
medio de este caos, donde nadie sabe quién dispa-
ra, quién delata y quién es el Enemigo, la población
civil, desprotegida, resulta vulnerable. “Víctima”, otra