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posibilidad de contrastar los sentidos elaborados y
los caminos seguidos para hacerlo con los demás
participantes: permite observar qué y cómo interpre-
tan los otros para aprender de ellos otras maneras
de leer, nuevas estrategias de lectura. Esto lleva a la
exploración de aspectos textuales y modos de lectura
desconocidos hasta entonces por los niños, gracias
a la socialización de los aprendizajes literarios que las
discusiones favorecen.
En este sentido, la mediación juega un papel clave por
cuanto brinda la oportunidad de relevar los diversos
modos de hacer de los lectores y promueve la reflexión
sobre estos, además de ofrecer a los niños andamiajes
para que vayan reconociendo y apropiándose de
las estrategias y prácticas llevadas a cabo por los
lectores expertos.
Gracias al compromiso mutuo y a la mediación pro-
porcionada, la discusión ofrece a los niños la posibili-
dad de mirar y mirarse durante la lectura, y les permite
sentirse parte de una comunidad interpretativa.
Plantear y discutir sus ideas les otorga confianza, pues
lesmuestra la relevanciaque adquieren los aportes indi-
viduales en la construcción de un sentido compartido,
pero les otorga además sentido de pertenencia en
la medida en que les ayuda a ir estableciendo redes
entre las personas para desarrollar modos de leer y
entender conjuntos.
Aprendizajes sobre los procesos
migratorios, sobre sí mismos y los otros
La literatura, como parte del arte, tiene la capacidad
de conmover, de mover hacia otro lado, intelectual y
emocionalmente hablando. En nuestra experiencia
observamos cómo, durante la lectura, tanto inmigran-
tes como autóctonos vuelven una y otra vez al tema
de la migración para profundizar sobre lo que supone
este proceso a nivel social, cognitivo y psicológico.
La narración que contemplan no es comprendida en-
tonces como una historia al margen del mundo y de
sus propias vidas, sino que constituye un disparador
que los lleva a reflexionar sobre sí mismos y su entorno.
Para los niños recién llegados la lectura de
Emigran-
tes
supone una especie de catarsis, en la medida en
que, como afirma Calin, “si piensas mucho, todas las
historias de todos los que estamos aquí se parecen
un poco a esa… [la del personaje principal]”. En la
lectura, la mayor parte de los niños hace referencia
a experiencias propias o vividas por sus familiares, lo
que crea un clima de intimidad que tiene, en muchos
momentos, gran carga emotiva.
No obstante, en algunas situaciones observamos que
intentar ahondar en el tema junto con los protagonis-
tas de primera mano y a través de preguntas directas
sobre sus experiencias de migración puede propiciar
también reacciones de cierre o rechazo por parte de
los niños, ante la vergüenza o la vulnerabilidad que
supone hablar de un tema que los toca tan de cerca.
Por ello, las historias son medios a través de los cuales
los niños hacen emerger sus reflexiones y sentimientos
vinculados con la migración como la nostalgia, la
pérdida, el miedo a lo desconocido, la alegría del
reencuentro, la necesidad de aprender lenguas y
costumbres nuevas o la dificultad para conjugar
tradiciones diversas, por ejemplo:
La temática de la migración abre [...]
una interesante línea de pensamiento,
enfrenta a sus lectores con los conflictos
de reconciliar lo propio y lo ajeno y por
tanto pone de manifiesto ese diálogo
que todos, inmigrantes o no, tenemos
con la vida, en busca de nuestra propia
identidad (Escriña Marti 2005: Par. 5).
Así como el sentido no es unívoco, la identidad tam-
poco lo es: constituye un proceso siempre en transfor-
mación que implica la reunión de diferentes aportes,
de múltiples fragmentos.