
11
venido de la misma manera: escondidos en barcos,
sin saber a dónde iban, sufriendo todo tipo de penurias
hasta llegar aquí para encontrarse con un país
desconocido, con un idioma y costumbres ajenos,
con un mundo que muchas veces los rechaza sin
saber nada de ellos. También entrevisté a abogados
que han sostenido sus casos, a profesores que les
enseñan español, gente que me aportó una mirada
externa que fue muy útil para entenderlos.
F.H.D:
El episodio de una travesía intermina-
ble, sinalimentos ni agua, eneseexiguo
espacio que queda entre el barco y la
propela resulta estremecedor. Cuénta-
nos un poco cómo lograste esa fuerza
dramática con un estilo depurado, sin
excesos.
A.F:
Las voces de los entrevistados me hablaron
durante todo el proceso de escritura del texto. Ellos,
que venían escapando de guerras civiles o situacio-
nes de orfandad y miseria, me habían contado paso a
paso su experiencia: cómo habían entrado a escon-
didas en el barco, el absoluto desconocimiento de su
destino (algunos creían que llegarían a Europa, otros
habían oído que iba a América pero pensaban que
era a Estados Unidos), las escasas provisiones que
llevaron (en general apenas un poco de agua y una
bolsa de galletas), la falta de ropa de abrigo. Y luego
esos días que se alargaron mucho más de lo que ha-
bían pensado, en que se acabó la comida, llegó el
frío, les entró el agua y creyeron que iban a morir. Pero
no lo contaban desde la autocompasión, sino como
una suerte de fatalidad, como un destino que habían
tenido que cumplir. Algunos incluso agradecidos por
haber sobrevivido a eso. Creo que algo de esa mezcla
de intensidad y distanciamiento impregnó el texto.
F.H.D:
Karmo, el protagonista tiene que co-
menzar una nueva vida, en un país ex-
traño cuyo idioma desconoce... su vida
nos ofrece piezas de lo que recuerda,
el asalto a su aldea que impulsó su
periplo,el viaje en barco y la adapta-
ción a una realidad tan distinta. ¿Cómo
fue el proceso de construcción de la
perspectiva de este personaje?
A.F:
Me propuse que la novela se desarrollara en
un solo día, marcado por la espera de ese llamado
telefónico que puede devolverle a Karmo su vínculo
con el pasado, su familia. Y quería que en esas vein-
ticuatro horas de ansiedad y expectativa él recordara
todo lo que le había pasado, la travesía, la llegada,
el choque con lo desconocido. Para eso tenía que
meterme en la cabeza de Karmo en ese día. Hice mu-
chas pruebas, tardé en llegar a encontrar una voz que
me resultara convincente para el personaje. Creo que
me sirvieron mucho las entrevistas realizadas y tam-
bién diversos textos que leí sobre los conflictos en la
zona de África de donde proviene, tanto informativos
como de ficción. A veces uno no se da cuenta de lo
que cada texto leído deja, pero algo de eso reaparece
al escribir.
F.H.D:
¿La historia surge por una necesidad
de contar un evento específico, para
sensibilizar a los lectores jóvenes sobre
la existencia del Otro?
A.F:
Creo que nace de una necesidad personal de
hablar sobre algo queme conmueve, queme interpela.
La forma que elijo es la de la novela, que me permite
crear historias a través de las cuales el lector puede
sumergirse en esa realidad. Mi libro está dirigido al
público juvenil, pero no busco “enseñar” nada ni tras-
mitir un mensaje cerrado. Aspiro más bien a generar
un espacio que le permita al lector pensar, considerar
cosas que están pasando a su alrededor pero en las
que quizás aún no se ha detenido a reflexionar.
La noche del polizón
Editorial Norma