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muchas causas, principalmente factores generados

por la extrema pobreza, la violencia, desde la intrafa-

miliar hasta el acoso, el secuestro, la extorsión, la viola-

ción y el asesinato por parte de las llamadas “maras” y

pandillas. En ese peregrinaje los niños, adolescentes y

jóvenes se exponen a muchos peligros y a la posibilidad

de ser capturados por las autoridades migratorias. No

existen cifras exactas de cuántos de estos menores

de edad logran llegar a su destino. A diferencia de la

noticia del niño sirio, y a pesar de la magnitud de este

éxodo, su conocimiento salió a luz a través de algunos

titulares que ocuparon, fugazmente, las primeras pla-

nas de algunos periódicos locales. Esta noticia recibió

un tratamiento distinto: el caso no se hizo viral; en el

espacio de las redes sociales la imagen no se colocó

como bandera en los muros, nadie se manifestó más

allá de decir que era una injusticia y que los gobiernos

debían intervenir. La noticia pasó desapercibida. Sus

repercusiones solo se discutieron en esferas políticas y

de derechos humanos. Algunos analistas sociales cri-

ticaron el hecho, pero las soluciones aún se esperan y

muchos de estos niños y jóvenes todavía continúan en

situación de vulnerabilidad, encerrados en albergues

improvisados en Arizona y Texas.

El éxodo de estos 90 000 menores de edad encuentra

un paralelismo con el protagonista de La isla, una

colectividad que debe ser encerrada para no ser vista.

El niño sirio ahogado muestra otro rostro de esa infan-

cia vulnerable. Lo que estas situaciones evidencian es

que la infancia y la juventud siguen siendo poblaciones

frágiles e invisibilizadas, a la que en sus países de ori-

gen no se les atiende en sus mínimos derechos ele-

mentales. Se testimonia el abandono, la negligencia, el

desinterés hacia ellos y la carencia de voluntad política

para protegerlos o frenar este movimiento migratorio.

Por eso, resulta incuestionable la lectura de libros como

los mencionados, donde se combina el lenguaje verbal

y el visual. Estos libros desarrollan la sensibilidad de los

jóvenes lectores,abrenpuertasque lespermitenexplorar

su realidad cotidiana y verla reflejada en la ficción.

Y aunque estas lecturas son apenas pequeñas

paradas en el viaje de la vida, tienen el poder de abrir

espacios simbólicos plurales, trazar caminos inagota-

bles entre la realidad, la memoria y la ficción. (E)migrar

en

y

por

el lenguaje es, pues, trazar rutas nuevas de

viajes, marcar el camino con recuerdos, dejar huellas

profundas para que otros las sigan y llevar a los lecto-

res a hacer posible un diálogo más enriquecedor y al

autoconocimiento, a tener una visión crítica del mundo

y a la formación de su sensibilidad estética.

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