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BARATARIA
NÚMERO 16 •
2015
texto, la trama literaria se nos presenta como
un ejercicio de comprensión de lo humano
en la experiencia límite de la guerra y la su-
pervivencia en los campos de concentración,
donde la amistad florece más allá del entorno
áspero y desolador. En esta obra de ficción
el autor fomenta una postura ética capaz de
generar en los lectores la más honda empatía
con quien es víctima de una atrocidad, perpe-
trada por una fuerza irracional colectiva que
decidió negar a un grupo de personas su con-
dición y dignidad humanas. Al final, el padre
del niño que acompaña a morir a su amigo
y a otros inocentes también es
víctima de su complicidad con
el régimen donde se instala la
sinrazón del poder.
El escritor mexicano Fran-
cisco Hinojosa se aproxima a
la violencia desde una pers-
pectiva inusual en el cuento
A
los pinches chamacos
. Hinojosa
no trata de ilustrar la violencia
sufrida por los niños de la ca-
lle, tampoco de denunciar los
incontables abusos de que son
víctimas. El autor trasciende
las consecuencias obvias de la
violencia sufrida por los niños
que hacen su vida en la calle;
escritor, sentimos el dolor de la pérdida de una
vida, la de un inocente que se solidariza con el
prójimo que sufre, le tiende la mano, comparte
con él el juego, la sonrisa y la esperanza.
La literatura en su tendencia más realista
trasciende su valor de documento testimonial,
resulta un espejo donde se transforman he-
chos y personajes en materiales sensibles que
nos incumben y afectan. La fabulación litera-
ria nos ofrece una perspectiva más profunda
de las causas y realidades de las distintas ex-
presiones de la violencia que nos lastima. El
arte nos humaniza en el más amplio sentido
de la palabra. Lo narrado por
Boyne es una tragedia, pero es
una tragedia en la que recono-
cemos elementos brutales del
fascismo, del abuso del poder y
los gobiernos totalitarios. Gra-
cias a ese texto sabemos que
tenemos que actuar para que
la próxima víctima no sea otro
niño inocente.
Esta novela proviene de la
mirada de un escritor capaz
de encontrar los resortes del
verdadero drama y exponerlos
con honestidad, lejos de un
ejercicio realista que se limita
a la simple denuncia. En este