
2015
•
NÚMERO 16
BARATARIA 11
sino personaje en mucho de lo que escribimos.
Tenemos una involución ciudadana galopante
en Latinoamérica: motociclistas armados en
Venezuela, pandillas que salen a las calles con
machetes, cadenas y cuchillos en todos los ba-
rrios marginales de nuestro continente y que
convierten en un infierno la vida de sus ba-
rrios, barristas de futbol que en realidad son
clanes de delincuentes con camisetas de de-
portistas, violaciones sistemáticas a las niñas
en sus propios hogares; sistemas políticos de
una corrupción inimaginable y una impunidad
que produce escalofríos. Tenemos una escue-
la pública que no solo carece de los recursos
para producir capital humano –los niños no son
capaces de comunicarse equivalentemente con
niños de otras latitudes –además de excluir a
muchos niños y niñas de la ciencia, la lectura,
la escritura y la libertad de pensamiento, atrofia
sus habilidades intelectuales.
–¿El humor es una forma de exorcizar la
violencia?
–El humor es una manera de sobrevivir al
drama que significa tener claridad de que la
muerte es una amiga que nos visita a todos. La
ignominia, la tristeza, la miseria, nos rodean o
vivimos en ella. Sin el humor, todos nos habría-
mos suicidado. Shakespeare no habría podido
con la sociedad de su época. El humor, además,
es una buen compañero, por lo general acom-
paña a los héroes todo el tiempo,
¿Qué te hace diferente como persona
cuando eres lector?
–El lector es una persona con habilidades
especiales, parte de una decodificación de pa-
labras que su cerebro convierte en universos
reales, que sus huesos y ojos sienten y ven.
Desarrolla habilidades de concentración, de
pensamiento crítico y pensamiento estratégi-
co sin siquiera tener conciencia de que eso le
está sucediendo a medida que profundiza en
su lectura. La literatura lo lleva mucho más
allá, establece un nexo con el universo crea-
dor, pues el lector se hace creador no solo de
lo que lee, –porque para leer hay que ser capaz
de crear–, sino que lo hace potencialmente un
creador. El lector es un ser capacitado para
transformar al mundo porque lo primero que
hizo su experiencia lectora es transformarlo a
él. No todos los lectores se dan cuenta de estos
superpoderes, pero es claro que con un reen-
foque y un entrenamiento, es posible sacar del
marasmo cotidiano a una persona, a un niño,
para lanzarlos a una trascendente experiencia
con la creación.
–Como promotor de lectura, comprome-
tido con un trabajo de mediación y conven-
cido de las bondades del libro para lograr
cambios, ¿consideras que en América Latina
se está haciendo lo suficiente para construir
un tejido social más humano a partir de la
palabra escrita?
–Lo estamos haciendo, desde la sociedad ci-
vil lo estamos haciendo, lo que causa terror es
el abandono en que los ciudadanos estamos
frente a nuestro derecho a acceder al libro y la
lectura mediante sistemas eficientes de bibliote-
cas públicas y escolares. En Argentina acaba de