
2013
•
NÚMERO 15
BARATARIA 9
los ojos de los demás
, como decía Darcy Ribeiro;
escribo porque
no me conformo con vivir una
sola vida
, dijo Tabucchi y podríamos seguir por
ese camino; escribir ficción es jugar a ser otro,
más aún, jugar a mirar desde los ojos del otro.
En consecuencia, leer ficción también es eso.
Cuando uno lee juega a mirar y sentir desde
un otro hipotético. Eso expande la experiencia,
por cierto, nos descoloca de lo que somos o de
lo que creemos que somos y nos coloca en otro
sitio, en el de un otro distinto capaz de mos-
trarnos al mismo tiempo cuánto tenemos de él,
cuánto hay de común en nuestras pobres hu-
manidades.
–En su obra hay temas recurrentes, cons-
tantes, como la familia, los viajes y la cons-
trucción de identidad. ¿Cómo logra ese tejido?
–El viaje aparece mucho, sí. Por años no
supe bien por qué, algunos lectores me pre-
guntaban si yo había viajado mucho, pero mis
viajes han sido todos de grande, casi no he
salido de mi casa y de mi pueblo cuando era
niña o joven. Pero soy hija de un viaje. Cada
año mi papá sacaba un álbum con fotos de su
viaje desde Génova a Buenos Aires, viaje des-
pués de la guerra, también viaje que le había
permitido conocer a mi madre. En fin, tal vez
sea eso. La construcción de la identidad está
todo el tiempo porque esa ha sido mi búsqueda
individual, un camino de conocimiento y de
conciencia acerca de quién soy, y eso hizo y
hace eco de muchos modos con la historia de
mi país. Desciendo de italianos, hija por par-
te de padre y nieta por parte de madre, pero
sobre todo mi papá deseaba fuertemente que
fuéramos “de aquí” en la necesidad, creo, de
que fuéramos de alguna parte. Supongo que
habrá sido porque a él le era muy costoso el
exilio, el trasplante desde otra tierra a la que
nunca quiso volver, ni siquiera a pasear.
Maria Teresa Andruetto
nació en 1954 en
Córdoba, hija de un partisano piamontés que
llegó a Argentina en 1948 y de una descendiente
de piamonteses. En los años 70 estudió Letras
en la Universidad Nacional de Córdoba. Des-
pués de una breve estancia en la Patagonia y de
años de exilio interno, al finalizar la dictadura
trabajó en un centro especializado en lectura
y literatura destinada a niños y jóvenes y for-
mó parte de numerosos planes de lectura de su
país, municipales, provinciales y nacionales,
así como de equipos de capacitación a docen-
tes en lectura y escritura creativa. En 1922, su
novela
Tama
obtuvo el Premio Municipal Luis
de Tejeda y desde entonces no ha dejado de
publicar obras de diversos géneros tanto para
adultos como para niños y jóvenes. Es autora
de
Stefano
,
Veladuras
,
La Mujer en Cuestión
,
Lengua Madre
,
La niña, el corazón y la casa
,
Palabras al rescoldo
,
Kodak
y numerosos li-
bros para niños y jóvenes, entre otros
El ani-
llo encantado
,
Huellas en la arena
,
La mujer
vampiro
,
Benjamino
,
Trenes
,
El país de Juan
,
Campeón
,
El árbol de lilas
y
Zapatero pequeñi-
to
. Reunió su experiencia en talleres de escri-
tura en dos libros realizados en colaboración,
La escritura en el taller
(2008) y
El taller de es-
critura en la escuela
(2010) y sus reflexiones
en
Hacia una literatura sin adjetivos
(2009). Su
obra ha sido traducida a varias lenguas. Tiene
dos hijas y vive con su marido en un paraje de
las sierras cordobesas.
”
“
La construcción de la identi-
dad está todo el tiempo en mi
obra porque esa ha sido mi bús-
queda individual, un camino de
conocimiento y de conciencia
acerca de quién soy