
2011
•
NÚMERO 13
BARATARIA
17
ficticios, basados en la realidad, sabemos cómo
vivieron los habitantes de otros tiempos, a lo largo
y ancho de la Historia.
La problemática social aparece en casi to-
dos mis libros. Es una inquietud siempre presen-
te, una preocupación que de alguna manera tengo
que sacar a flote. El ser humano, su comporta-
miento de acuerdo a su posición ante el mundo
que lo rodea, las acciones que lo llevan a conver-
tirse en un político famoso, en un asesino, en un
“paranada”, en una persona exitosa o en un ser
valiente y bueno, inevitablemente estos eventos se
entrometen en las historias que he tejido a través
de los años.
En
Aventuras de un niño de la calle,
dos
gamines –como se les llama en Colombia a estos
pequeños– se encuentran en las calles de una
gran ciudad. Estos chicos aprenden a vivir den-
tro de una sociedad que los califica como desper-
dicios humanos, tienen que buscarse la vida de
una forma improvisada. La historia de Joaquín
y Armando está entrelazada con la problemática
social en la que viven. Ellos son parte de esa pro-
blemática.
En este título se muestra una realidad que
azota no solamente a la América Latina sino a
muchos países en vías de desarrollo, donde niños
y adolescentes se ven obligados a vivir en la calle,
abandonados por sus padres. La mayoría no tie-
nen memoria de la madre que los trajo al mundo,
mucho menos del padre, que generalmente des-
aparece antes de su nacimiento.
En esta historia la madre utiliza a uno de
los personajes para pedir limosna; cansado de los
golpes que recibe cuando deja de llevar “la mone-
dita” a casa, decide huir. La historia tiene un final
que se ajusta al contexto real que se intenta refle-
jar. Esta novela se puede leer en su profundidad
social o simplemente como una historia que cuen-
ta las aventuras de dos pilluelos en una ciudad.
En
Emilio
se aborda el tema de la desigual-
dad que prevalece en diferentes sociedades, es-
pecialmente en los países latinoamericanos. Los
estratos sociales discriminan a todo aquel que
perciben como diferente a su ámbito: en el cole-
gio, la oficina, el vecindario... En esta novela, una
familia se ve obligada a desplazarse a la ciudad,
huyendo de la violencia, situación que termina
con la vida del padre y que expone un cuadro que
se vive en diferentes países latinoamericanos.
Al llegar a la ciudad, Emilio se encuentra
en un medio desconocido que lo discrimina por ser
campesino, ignorante, por lucir y actuar distinto a
sus compañeros de colegio. El patán lo atormenta,
el cínico se burla de él y el resto del mundo lo igno-
ra. En esta historia se profundiza sobre el rechazo,
como una forma de discriminación.
En
Luisa viaja en tren,
se refleja un mundo
violento, dominado por el egoísmo y el valor domi-
nante del dinero adquirido aprovechándose de víc-
timas inocentes que son atracadas, extorsionadas
o secuestradas. Luisa representa la clase social
alta y el modelo de niña consen-
tida, acostumbrada a hacer su
voluntad. Su vida cambia radi-
calmente al caerse del tren en el
que viaja, lo que la lleva a enfren-
tarse a circunstancias que nun-