
2011
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NÚMERO 13
BARATARIA
19
llas escenas que lo mantienen en vilo y se adentra
en la cultura del protagonista de la historia.
Los medios de comunicación les han dado
visibilidad a las diferentes culturas que enrique-
cen el planeta. La persona que no ve más allá de
su pequeño mundo se encuentra aislada de la
realidad. Por eso, los seres humanos que habi-
tan lejanos países no se consideran como extrate-
rrestres o exóticos, a pesar de que vivan y luzcan
muy diferente.
En los Estados Unidos, la inmigración le
ha dado un giro de 180 grados a la sociedad, aho-
ra integrada por personas que llegan de todos los
rincones de la tierra, de diferentes razas y clases
socioeconómicas. Aunque el
melting pot
, como se
denomina en inglés a esta convivencia multicul-
tural, se integra en un momento dado, las dife-
rentes culturas dejan su huella: los descendientes
anhelan conocer sus raíces y la historia de sus
antepasados.
La realidad social ocupa la atención del
ser humano dondequiera que se encuentre. La
literatura sirve como un vehículo para trazar co-
nexiones con esa realidad, a veces descarnada y
apabullante. Sin estos nexos, el individuo no po-
drá identificarse como persona dentro del grupo
al que pertenece, ni a su especie. Conocer acer-
ca de diferentes problemáticas hará a los lectores
más sensibles hacia sus semejantes. Es posible
que las generaciones de hoy logren en un futuro
aliviar desigualdades e injusticias, porque se les
han presentado en los mundos de ficción.