
2011
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NÚMERO 13
BARATARIA
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desconocido, el peligro. El cruce del umbral su-
pone que el héroe se despoje de algunos elemen-
tos de su personalidad y también es visto como
el tránsito hacia una esfera de renacimiento. Las
pruebas a superar corresponden a la lección que
el héroe debe aprender. Al traspasar el umbral en
su camino de regreso, traerá consigo un bien pre-
ciado o un conocimiento útil para todos.
En
El sofá estampado
, por ejemplo, Víctor, un jo-
ven armadillo, recorre un
tortuoso trayecto que lo
lleva a encontrar elemen-
tos claves para valorar su
fuerza interior. Víctor es un
ser frágil e inseguro, lo que
se manifiesta en sus cons-
tantes ahogos y en una tos
persistente que ningún mé-
dico logra curar. Gracias a
un viaje que recibe como
regalo de graduación, este
personaje recupera, a tra-
vés de dolorosas pruebas,
el camino hacia su mundo
interior.
Cada vez que este personaje se enfrenta a situa-
ciones frustrantes o dolorosas, se ve dominado
por un incontrolable deseo de cavar, tal como ocu-
rre cuando sufre un desengaño amoroso o cuando
muere su abuela. Esto puede ser visto como una
metáfora de su inmersión en las profundidades
de su propia psique, como mecanismo para de-
fenderse del miedo y de la desilusión. En distintos
momentos, este trayecto lo conduce a una calle
solitaria, en la que parece no vivir nadie y cuya
quietud apenas se ve interrumpida por el paso
de una mujer misteriosa. Este espacio representa
un aspecto del mundo interior del protagonista,
pero también representa el lugar donde habita la
Muerte, encarnada en la extraña mujer del pa-
ñuelo de seda estampado. La primera aparición
de esta calle consuela a Víctor, quien juega con
la posibilidad de tener un lugar exclusivamente
suyo. Pero la siguiente sucede luego del asesinato
de su abuela, una activista de la ecología. El dolor
ocasionado por la pérdida hace que Víctor trate de
irse tras la mujer misteriosa que aparece en esa
calle, en un intento por desaparecer del mundo él
también. Pero la mujer lo empuja violentamente y
lo obliga a retirarse. La tercera aparición de esta
calle interior tiene lugar cuando regresa a casa,
luego de su viaje de graduación. En el camino,
siente la necesidad de en-
contrar nuevamente “su”
calle y empieza a cavar
enseguida hasta encon-
trarla. Una vez allí, se dis-
pone a esperar a la mujer
misteriosa, decidido esta
vez a irse con ella. Pero el
reencuentro con la calle,
los recuerdos que le des-
pierta, le muestran una
nueva posibilidad de vida.
Los sucesivos descendi-
mientos del personaje se
resuelven en un renaci-
miento que le permite deslastrarse de la insegu-
ridad y de los miedos de la infancia para alcanzar
un grado de madurez que lo capacita para tomar
decisiones fundamentales con respecto a su vida.
En
La cuerda floja
, María, una niña equilibrista,
pierde a sus padres en un acto circense. Se ve
forzada entonces a vivir en casa de su abuela. A
partir de ese momento, este personaje empren-
de una suerte de viaje iniciático que le permitirá
recuperar los recuerdos perdidos a causa de la
fuerte impresión ocasionada por el accidente. Aun
cuando la niña no cuenta con un guía evidente
que la acompañe en su trayecto, Pedro, el cuarto
esposo de su abuela, equivale en cierta medida
a dicha figura. Es él quien le regala a María la
cuerda que le ayuda a recuperar sus recuerdos.
Aun cuando no esté junto a ella, su presencia la
acompaña y la apoya.