

en cuestión la representación habitual de la poesía
que se destina a niños, generalmente habitada por
lo sentimental o lo que a veces con gran liviandad
se denomina “disparate”. Por el contrario, los poe-
mas reunidos se caracterizan con gran audacia por
una diversidad temática y formal que hace imposible
cualquier clasificación. Esa misma libertad está en los
estilos ensayados por Ortín para entablar un diálogo
con cada poema, con predominio del humor irónico
y, en varios casos, la velocidad y economía narrativas
que una estilización del cómic propone.
La idea de que el interés de los lectores infantiles
contemporáneos no debería restringirse sólo a lo
folklórico o a una idea ingenua del tratamiento poé-
tico parece también estar presente en el libro
Quiere
a ese perro
de Sharon Creech con ilustraciones de
Alejandro Magallanes. A modo de diario personal
un niño, desde una mirada extrañada, despliega con
la irreverencia propia de la infancia sus ideas de
lectura y escritura de poesía en el ámbito escolar a
partir de propuestas de una maestra que considera
a sus alumnos como receptores que merecen tanto
respeto como cualquier lector, sea cual sea su edad.
Es interesante en este libro el tratamiento autorrefe-
rencial desde el punto de vista infantil de las maneras
de vencer las resistencias habituales, sobre todo en
la escuela, a abrir el camino a otras formas de leer
poesía y escribirla. La reflexión sobre la entrada de lo
poético en la escuela que subyace en esta propuesta
convive con el impacto que el lenguaje de la poesía
tiene en la vida emocional de quienes inauguran su
encuentro con el género.
Si lo poético pudiera traducirse en muchas oca-
siones como el arte de hacer preguntas al mundo,
y en eso se hermana con la filosofía, el libro álbum
Noche de tormenta
de Michèle Lemieux es una in-
teresante exploración de esa fraternidad. A través de
una estética minimalista basada en un dibujo de trazo
fino que según los casos expande, confirma o deja sin
respuesta definitiva los interrogantes de la niña prota-
gonista en la soledad de una noche tormentosa, este
libro bucea de manera sutil en las angustias, dudas y
perplejidades infantiles. Al mismo tiempo ofrece en
el plano de la ilustración algunas posibilidades de
respuesta, que no por provisorias o irracionales son
menos interesantes, a la hora de configurar visiones
de mundo de quien se inicia en el arte de cuestio-
narlo.
Entre los libros álbum que se destacan en el con-
junto de un género cuyo crecimiento es incesante
aunque no siempre parejo, está el
Gran libro de los
retratos de animales
de Svejtlan Junakovic. Se trata
de una sofisticada parodia al género de los libros de
artes plásticas en el que, con fidelidad a modelos
pictóricos de los siglos XVI y XVII, los retratos que
habitualmente ocupaban ciertos humanos ilustres son
desplazados por imponentes animales que conservan
las majestuosas vestiduras, gestos y contextos de los
referentes homenajeados. Cada retrato, tal como su-
cede en los catálogos artísticos, es acompañado de los
correspondientes datos técnicos y de un comentario
que sigue de cerca el estilo habitual de las reseñas
plásticas, aunque agrega el matiz humorístico que
supone la presencia de estos animales con ínfulas
humanas y el énfasis en algunas anécdotas que, al
mismo tiempo que introducen la materia ficcional,
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2007 • NÚMERO 2 • VOLUMEN IV
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BARATARIA