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También en esta misma línea podemos consi-

derar a

Una serie de catastróficas desdichas

2

de

Lemony Snicket. Estos libros niegan explícitamente

una literatura infantil según la cual los niños sólo

pueden tolerar historias con finales felices y tramas

sencillas, con un lenguaje elemental, donde se les

enseñen cosas útiles, y sin exponerlos a circunstan-

cias cuya imitación pueda ser peligrosa. El modelo

utilizado por estas novelas es el del folletín, dado

que recurre a la repetición de lo

ya dicho y a la anticipación de

lo que sucederá. La expectativa

se nutre en este caso de lo que

el lector ya sabe acerca de ese

tipo de literatura infantil que el

“autor” (ficcionalizado en Snic-

ket) se niega a escribir y de la

representación de los niños que

dicha literatura supone. El uso de

la ironía para la negación de este

modelo oficial de libros para ni-

ños se transforma así en un juego

humorístico con el lector.

La idea de un lector que es

invitado a distanciarse lúdica-

mente de la materia narrativa

está también presente en

Histo-

rias a Fernández

de EmaWolf. En

este texto una narradora, especie

de Scherezade contemporánea,

intenta por medio del relato de

historias que su mascota (a todas luces un gato, pero

nunca identificado como tal en la obra) no se duerma

tras una contusión en la cabeza. Con esta excusa se

tematizan ciertos problemas de la comunicación li-

teraria en los libros destinados a niños y se relativiza

la seguridad y el poder del autor por sobre la materia

narrativa. Por un lado, se escenifica por medio de

la relación entre la narradora y su narratario la pre-

ocupación de los autores por capturar a un lector de

atención a veces esquiva y, por otro, comparte con el

lector las dificultades del arte de la ficción revelando

algunos de sus trucos.

2

Esta serie consta de trece volúmenes, de los cuales se han tra-

ducido al español sólo la mitad. En Argentina con mucha difi-

cultad se consiguen los dos primeros libros. Sobre la serie de

Snicket: Pires dos Barros, Grisel. “Los libros de Lemony Snicket,

una serie de catastróficas desdichas” en

Imaginaria

Nº 194. Bue-

nos Aires, 22 de noviembre 2006.

http://www.imaginaria.com

.

ar/19/4/snicket.htm

La poesía en la literatura infantil es un terreno

poco proclive a la experimentación en la mayoría

de lo que se edita actualmente. Mucho de lo que se

publica sigue ateniéndose a las tradiciones folklóri-

cas y a los formatos más clásicos. Por su parte en lo

temático conserva la tendencia a representar mundos

que suponen intereses infantiles idílicos, ingenuos o

vinculados al universo escolar.

Sin embargo, existen propuestas estéticas que se

salen de esos moldes a través de ca-

minos más experimentales que abar-

can tanto la palabra como la imagen

que dialoga con ella.

Canción decidida

de DavidWap-

ner y Cristian Turdera es un poema

que, en diálogo con la ilustración, se

propone reconstruir en forma con-

tradictoria con el título los intentos

indecisos de alguien que quiere salir

a comunicar al mundo su felicidad.

La incertidumbre tan frecuentemente

esquivada por la literatura infantil es

el motivo principal de este poema

que junto con la imagen transitan en

el difuso borde entre la realidad y el

sueño. El delicado entramado entre

palabra e ilustración, junto con una

edición muy original que sugiere el

envase de un compact disc, tiene al-

gunos puntos de contacto con una

interesante zona de la producción poética no des-

tinada a niños como es la poesía visual o la poesía-

objeto.

La antología

Narices, buhitos, volcanes y otros poe-

mas ilustrados

con ilustraciones de Carlos Ortín y se-

lección de Herrín Hidalgo coincide con las intenciones

del libro anterior en que, como dice el editor, “texto e

ilustraciones intercambian y entrechocan sus narices,

y deben verse necesariamente como una misma cosa”.

La selección, que hace convivir a Quevedo y a Gómez

de la Serna con poetas surrealistas de diversos orígenes

y escritores poco conocidos de distintas épocas, pone

El humor absurdo es muy valorado por

el espíritu lúdico propio de la infancia

y al mismo tiempo invita a cuestionar

las leyes que vertebran las instituciones

más consolidadas.

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BARATARIA

VOLUMEN IV • NÚMERO 2 • 2007