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FHD: Eres autora e ilustradora también, y haces

diseño gráfico. Prácticamente puedes hacer un

libro completo tú sola. Háblanos de esa faceta

como ilustradora.

MFH: Aunque no he abandonado la ilustración, en

este momento estoy dedicada casi por completo a es-

cribir. Me formé para la comunicación visual y eso me

ha servido mucho a la hora de concebir mis historias

como cuentos con elementos gráficos. Creo que las

dos perspectivas, la gráfica y la escrita, aportan y se

complementan en el trabajo creativo.

FHD: ¿Y como editora? Nos gustaría que nos

contaras qué es lo que ves en un manuscrito

que llega a tus manos para tomar la decisión de

publicarlos. ¿Qué tipos de cuestionamientos les

haces a los autores?

MFH: Como editora de obras infantiles y juveniles

busco y defiendo la buena literatura: textos bien es-

critos, bien estructurados, que logren generar emo-

ciones. Busco textos auténticos en los que se eviden-

cie un trabajo consistente. Me aparto de los lugares

comunes, de los textos llenos de moralinas, de las

visiones nostálgicas de adultos intentando rememo-

rar su infancia. Soy poco tolerante con textos que

pretenden adoctrinar arbitrariamente a los lectores

sobre lo que “debe ser y hacer un niño bueno”. Mis

cuestionamientos con los autores generalmente tie-

nen que ver con la construcción de la obra, de las

situaciones y los personajes. Hablo de detalles que

ayudarían o que podrían estar afectando al cuerpo

general del texto. Como editora entiendo mi trabajo

como una tarea de aporte a la construcción de una

obra literaria, no de imposición ni de censura.

FHD: ¿Tienes en mente algún nuevo proyecto?

¿Hacia dónde va María Fernanda Heredia con

sus proyectos de escritura?

MFH: Mis proyectos, si los tengo, tienen que ver siem-

pre con las emociones que me acompañan en el pre-

sente. Acabo de entregar a una editorial una novela en

la que hablo sobre la pérdida de los amigos, porque

eso es lo que he tenido que vivir recientemente. Ahora,

lo más seguro es que me “encierre” a leer mucho, a

masticar nuevas emociones, a dibujar diagramas de mi

presente, para ver qué es lo que resulta en mi cuaderno

dentro de unos meses.

FHD: Háblanos de tu libro infantil preferido y por

qué te gusta tanto.

MFH: Es difícil hablar de un libro preferido, de seguro

tengo más de cincuenta en esa categoría. Soy una bue-

na compradora de libros, así es que la pregunta resulta

complicada; sin embargo, viene a mi mente un cuento

llamado

La reina de los colores

de Jutta Bauer. Creo que

amo tanto ese libro porque fue él quien me encontró,

fue él quien apareció frente a mí en una pequeña librería

de Barcelona y dio respuesta a muchas preguntas que

en ese momento estaban colgadas en el aire. Es una

historia en extremo sencilla pero de gran profundidad.

Habla sobre la tristeza, sobre la soledad de un personaje

que vive en un planeta propio. Magwida es la reina de

los colores, manda sobre ellos, hasta que llega el día

en que todos entran en confusión y ese mundo se ve

cubierto por un gris horroroso que no permite ver nin-

gún horizonte. La reina llora y llora a lo largo de varias

páginas. Hasta que se da cuenta de que cada una de

esas lágrimas va limpiando el entorno, va purificándolo

hasta recuperar la luz. Jutta Bauer no sólo es una gran

escritora sino una extraordinaria ilustradora.

FHD: ¿Qué piensas de la literatura infantil lati-

noamericana? ¿Cómo ves desde tu perspecti-

va el desarrollo de esta literatura en la región?

MFH: Lo miro con gran optimismo. Creo que existe un

trabajo consistente de autores que se consolidan en cada

país y en la región. Latinoamérica lee a Latinoamérica,

y eso es estupendo. He conocido, a través de sus textos,

a grandes autores, me he fascinado con sus historias y

sus personajes. Surgen nuevas voces, nuevas maneras de

contar y contarnos. La literatura infantil en Latinoamérica

está atravesando un momento muy positivo y en buena

parte se debe al trabajo responsable de editoriales, padres

de familia, maestros y los entes promotores de lectura

que, juntos, están haciendo un trabajo relevante.

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BARATARIA

VOLUMEN IV • NÚMERO 2 • 2007