

rie Curie o Simón Rodríguez; los libros de la co-
lección Clave de Cyls, contemporáneos y con un
diseño atractivo, tratan sobre curiosidades o temas
rara vez planteados como el origen de las lenguas,
los miedos o, incluso, los deportes de alto riesgo.
Tecolote constituye una pauta en lo que respecta a
libros de información, debido a la seriedad con que
plantea los temas seleccionados y la originalidad de
sus ediciones. Destacan sus libros sobre la historia
de México, desde su pasado indígena hasta la Revo-
lución. A su vez, Colihue presenta libros dedicados
a la divulgación de temas científicos. Por su parte,
Playco Editores y Ediciones Ekaré incursionan con
libros que instruyen, y ofrecen sus libros de cocina
Recetas para compartir: tortas y meriendas
,
Las rece-
tas de misia Elena
.
Otra alternativa que pone en contacto la ficción
con la realidad es el teatro. Siempre que sean pie-
zas ágiles, amenas y que permitan su representación
constituirán una excelente alternativa para explorar
nuevas formas discursivas,
sobre todo para los lectores
en marcha, quienes buscan
constantemente participar
de nuevas experiencias. El
teatro para niños y jóvenes
no deja de lado la formali-
dad de la puesta en escena
y el cumplimiento de pará-
metros del montaje como el cambio de ambientes o
el vestuario; sin embargo, se puede jugar con la esce-
nificación mediante el uso de títeres o marionetas. De
esto son ejemplos
La cena de Tío Tigre y otras obras
de teatro para niños
de Clara Rosa Otero y
Un nom-
bre que se asombre
de la argentina Adela Basch. Esta
forma de lectura y recreación sin duda estrecha los
vínculos afectivos con la realidad y abre la posibili-
dad de establecer una relación crítica con la misma.
La otra lectura o la lectura subversiva
El lector moderno no se conforma con ser especta-
dor de un acontecimiento, receptor de un mensaje
digerido o paternalista. El nuevo lector tiene grandes
expectativas ante lo que le puede ofrecer un título o
una portada. Ya no se hacen distinciones entre temas
apropiados para niños y temas inadecuados, o tex-
tos fáciles o desafiantes, pues hoy en día los grandes
lectores demandan originalidad y creaciones más
ingeniosas.
Los cuentos populares regresan a sus versiones
originales crudas, sinceras; los finales felices son
desplazados por la sorpresa y la subversión de va-
lores. La lectura adquiere un matiz lúdico y los re-
cursos y tendencias literarias estimulan una lectura
polisémica. Así, la parodia, la intertextualidad y la
metaficción se hacen presentes en los géneros usua-
les —relatos policiales, cuentos populares, relatos
realistas, libros álbum— para generar un espacio
poco convencional pero no por ello atractivo. Mari-
na Colasanti con
Lejos como mi querer y otros cuen-
tos
toma la estructura y los elementos propios de los
cuentos de hadas para construir historias crueles,
extrañas y desprovistas de filtros moralistas. Sandra
Comino hace de la parodia y la ironía el recurso es-
cogido para contarnos los sucesos de
El pueblo de la
mala muerte;
no sólo es realista sino que maneja con
gran maestría los puntos de vista o enfoques narrati-
vos. Ángela Lago logra a la perfección el empleo de
varios planos y perspectivas sin el uso de palabras;
en
De noche en la calle
transmite, a través de
impactantes imágenes,
las sensaciones y frus-
traciones de un niño
abandonado que trata
de obtener alimento.
El camino recorrido
La supuesta fragilidad de la infancia hizo suponer
por muchos años que los niños requerían del res-
guardo constante; el desconocimiento de sus destre-
zas e intereses ha dejado en evidencia la frustración
de niños y creadores al no conseguir un espacio de
comunicación en la literatura para niños y jóvenes.
Es por ello que han surgido nuevas propuestas para
lectores osados, conscientes de sus gustos y autóno-
mos en su selección. Los creadores se han atrevido a
experimentar e innovar, a sabiendas de que el bene-
ficiario de la lectura se los agradecerá.
Se ha sumado a esta iniciativa la colección Igua-
na de Ediciones B, en la que se presentan recopi-
laciones de la tradición oral latinoamericana, histo-
rias sobre personajes entrañables y un coqueteo con
los libros de información. Las narraciones de terror,
suspenso y fantasía se convierten en las favoritas a
la hora de seleccionar una lectura que agradará sin
vacilaciones; se destacan las recopilaciones de Ana
María Shua con su obra
Los devoradores
, Elsa Bor-
La supuesta fragilidad de la infancia
hizo suponer por muchos años que
los niños requerían del resguardo
constante.
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BARATARIA
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VOLUMEN IV • NÚMERO 2 • 2007