Previous Page  13 / 28 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 13 / 28 Next Page
Page Background

2011

NÚMERO 13

BARATARIA

11

tu mente a la ciudad en la que vives. Si acaso te

asombrarán ciertas costumbres o la diferencia del

clima, pero fuera de eso, es como si fueras el pro-

tagonista. Soy un gran partidario de los libros con

olor a calle, con textura de banqueta, con rastros

de humo de los escapes y las chimeneas.

FHD: ¿Sientes que existe una distinción entre

realismo y fantasía, es decir, que es realmente

una dicotomía que marca tendencias en la li-

teratura? ¿Hay temas que no son para niños?

No creo que haya temas que no son para niños.

Lo que cambia es el modo de abordarlos. No obs-

tante, la fantasía halla eco con mayor facilidad

en los niños, porque ellos tienen mayor capaci-

dad para aceptar tales historias y divertirse con

ellas. El problema con el adulto que, al rugido del

primer dragón, avienta lejos el libro, es su poca

capacidad para abrir la mente a todo lo que da,

para divertirse sin falsas pretensiones. Los adul-

tos tienden (tendemos), como “gente mayor” a til-

dar de “poco serio” o “intrascendente” aquello que

aborda temas fantásticos (o de terror o de ciencia

ficción de... aquí caben varios etcéteras), porque

los consideran falaces, una pérdida de tiempo,

una “chiquillería”, cuando es en tales libros en

donde más se da rienda suelta a la imaginación y,

por tanto, se promueve más la creatividad. Siento

que un libro no es más útil al que lo sostiene entre

sus manos que cuando no lo es en lo absoluto.

FHD: Finalmente, para muchos lectores que

desean tener una mejor apreciación crítica de

la literatura infantil y también para muchos

que sienten el interés por iniciarse como escri-

tores en esta literatura, ¿cuáles son para ti los

elementos fundamentales que debería tener

una obra para niños, algo así como lo esencial

de una obra escrita para este público? ¿Hay

alguna obra infantil emblemática o entrañable

para ti por su calidad?

Para mí, una obra para niños debe escribirse

jugando, divirtiéndose mucho. Sin grandes pre-

tensiones estilísticas ni frases trabajadas a cin-

cel. Las historias deben ser lo más libres posibles

aunque no caóticas, deben estar estructuradas y

llevar de la mano al lector como se lleva a alguien

a la feria, a la playa o a nuestro lugar secreto en

el ático. Aunque, en realidad, el único elemento

fundamental o “virtud” que debe tener una obra

infantil, según yo, es que: NO DEBE ABURRIR NI

POR ACCIDENTE. En ese aspecto, creo que

Peter

Pan

sigue siendo, por mucho, mi obra favorita.