

La sensación de diferencia dentro de la repeti-
ción se provoca a través de los
tipos
, es decir, nos
encontramos con relatos que siguen un patrón dis-
cursivo similar aunque ofrezcan innumerables va-
riaciones de incidentes. De esta manera, los tipos
funcionan como una guía de lectura que conforman
unas reglas simples y fijas que ayudan al lector a
orientarse durante el acto lector. En la actual lite-
ratura juvenil diferenciamos entre el
tipo-autor,
con
un ejemplo clásico y extremo, el de Enid Blyton una
autora que siempre ha escrito un mismo libro que
reproduce las mismas características discursivas y el
tipo-tema
, es decir, libros sobre un mismo tema que
presentan características similares de estructura, ar-
gumento, conflicto, personajes, escenarios y estilo.
Un
tipo-tema
recurrente en la literatura juvenil
ha sido la llamada psicoliteratura o literatura de va-
lores o hábitos
2
. Otro más reciente, el de la fantasía
épica: en la primera década del siglo XXI, después
del éxito de la adaptación cinematográfica de
El se-
ñor de los anillos
y de la versión literaria y cinemato-
gráfica de
Harry Potter
, se ponen de moda una serie
de relatos que se editan por primera vez o bien se
rescatan del catálogo editorial o dejan las estanterías
de obras de culto de las librerías y bibliotecas para
pasar a un primer plano. Es el tipo llamado “fantasía
épica” que se ubica en la tradición creada por Tol-
kien y Jackson, C.S. Lewis y mantenida por Rowling.
Este tema ha dado propuestas bien interesantes como
es la obra de autores como Phillip Pullman, Cornelia
Funke o Laura Gallego.
Características de la literatura actual
Conviviendo con estos libros tenemos los que prác-
ticamente funcionan solos y que a continuación
describimos sumariamente, resumiendo una publi-
cación anterior (Lluch 2005). Son libros que se ca-
racterizan porque:
1) El mecanismo discursivo más potente es el
diálogo que ocupa buena parte de la narración:
i) consigue un ritmo narrativo rápido que da la
sensación al lector de que los hechos aconte-
cen en “tiempo real”, aproximando la lectura al
ritmo característico de las narraciones audiovi-
suales donde todo ocurre ante los ojos del es-
pectador; ii) permite el uso del metalenguaje,
es decir, el diálogo deja que el personaje pueda
rectificar, aclarar o matizar sobre la marcha e
iii) introduce el idiolecto del personaje y, sobre
todo, su cosmovisión, su forma de conceptuar
el mundo.
2) El espacio de la descripción se reduce a pe-
queñas secuencias abstractas y convencionales
que ocasionalmente pueden aparecer al inicio
del relato o en pasajes cortos capsulados.
3) El espacio del narrador se reduce pero au-
menta su importancia: cuenta hechos que le han
acontecido en un pasado muy próximo, lo sabe
todo o lo ha vivido controlando la información
y dosificándola para acrecentar la atención del
lector.
4) La función más importante del narrador es la
gestión del tiempo y del interés del lector a tra-
vés del “narrador cotilla” que pregunta y crea
expectativas sobre lo que narra acrecentando la
curiosidad y acelerando el ritmo.
5) El narrador cuenta hechos y excluye los deta-
lles, descripciones o reflexiones que provoquen
una pausa o una ralentización del ritmo narrati-
2
Para no extendernos, remitimos al lector a los apartados 6.2
y 9.2 de Lluch 2004 donde analizamos exhaustivamente estos
dos tipos.
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2008 • NÚMERO 1 • VOLUMEN V
•
BARATARIA