Revista El Educador Julio 2020

21 el educador ahora, estudiantes de todas las edades habían tenido que estudiar, forzosamente, por su cuen- ta y regular sus horarios y actividades con tanta exigencia de autocontrol; algo para lo que no es- taban listos. Desde esta perspectiva, es evidente que una pla- nificación adecuada de las actividades escolares en los escenarios virtuales no debería replicar lo que se hace presencialmente en el aula, pues cada entorno dispone de medios y soportes de interacción diferentes, aunque complementarios, ya que las clases virtuales sincrónicas tienen un componente de presencialidad. Por suerte, los avances en las metodologías de la educación a distancia o las de su descendiente actual, la edu- cación online , han innovado en el diseño de rutas didácticas, herramientas y sistemas tecnológicos en entornos de educación formal e informal, per- mitiendo que prácticas pedagógicas emergentes, que se soportan en el uso de la tecnología, surjan como alternativas para hacer las cosas de otro modo, estableciendo diferentes canales de comu- nicación con y entre los estudiantes. En todo caso, un aspecto importante para ca- racterizar este tipo de prácticas es entender que emergente y nuevo no son lo mismo. Según Adell y Castañeda (2012), las prácticas pedagó- gicas emergentes, nuevas y conocidas, son las que surgen como respuesta a cambios sustan- ciales que afectan los escenarios sociales, par- ticularmente, los educativos, y se evidencian en una renovación didáctica en el uso de las tec- nologías, nuevas y conocidas. En esa medida, a continuación, se exponen algunas generalidades de prácticas emergentes muy conocidas pero que aún se encuentran en etapas experimenta- les, las cuales, inmersas en contextos con obje- tivos de aprendizaje claros y con una intención pedagógica definida (Coll, 2013) pueden apro- piarse y adaptarse para diseñar clases que va- yan más allá de la presentación en la pantalla del computador. • Blended learning o b-learning , traducido como “aprendizaje combinado” o “modelo híbrido”, es una de las prácticas emergentes más conocida y extendida, la cual combina momentos de presencialidad con momentos de virtualidad según el tipo de actividad que se requiera realizar en un momento determi- nado, y según la disponibilidad de los recur- sos e interacciones posibles. Cabe anotar que para abordarla es fundamental determinar qué parte del curso debe ser presencial y qué parte virtual; qué parte sincrónica y qué parte asincrónica; qué tecnología y tipo de recur- sos deben emplearse; y cuál es el nivel de autonomía del estudiante (Martí, 2009). Es decir, debe planificarse y justificarse adecua- damente el propósito de la alternancia en el uso de unos u otros recursos. • Aula invertida o flipped classroom consiste en invertir el lugar y el momento en los que se realizan algunas actividades de enseñan- za y aprendizaje del modelo tradicional. Por ejemplo, clases, explicaciones, desarrollo de conceptos, etc., se realizan en casa usando las herramientas proporcionadas por el do- cente (a través de medios impresos o digi- tales); y las tareas y ejercicios de aplicación se realizan en la clase. Con este fin, los es- Los avances en las metodologías de la educación a distancia o las de su descendiente actual, la educación online , han innovado en el diseño de rutas didácticas, herramientas y sistemas tecnológicos.

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