Revista 20
15 L.E.: Los procesos de crecimiento representan un motivo recurrente en muchas novelas juveniles. ¿De qué manera los lectores de estas edades pueden encon- trar en la literatura respuestas a estas transformaciones que experimentan en ellos mismos? A.M.: Las circunstancias son las que hacen a los personajes crecer. Un persona- je puede tener la disyuntiva de recluirse y caer en la inactividad. O bien toma las acciones y las determinaciones para conseguir un cambio en su vida. La transformación de Margot es previa a la novela. El carácter de la niña es de gran entereza. Ella vivía feliz con su madre y su padre y la novela describe cómo termina viviendo con su padre en el basurero. No vive amargada, hace lo que le toca. Eso es lo encantador del personaje. Es una niña íntegra, eso la conforma como una superhéroe. El chico lector se identifica en determinado mo- mento pues ella no era así, sino que se transformó. En Soldados en la lluvia , Héctor y su hermana se ven obligados a crecer pre- maturamente por la muerte de sus padres. Cuando el abuelo enferma y aparece el coronel, Héctor debe tomar decisiones que no son fáciles. Deben adecuarse a una situación crítica que no necesariamente obedece a un proceso paulatino sino a temas fuertes como la guerra, la orfandad y la posibilidad de verse desampa- rados si muere el abuelo. Lo que más quise transmitir en ambos personajes es que los niños tienen esa fortaleza, pueden darse cuenta en poco tiempo de que la situación a la que están enfrentándose no va a cambiar por arte de magia, sino que tienen que aga- rrarse de lo que puedan como si estuvieran en un naufragio. Los chicos pueden enfrentarse a la fatalidad con buena cara y tratando de no resignarse a su nueva condición, trabajar para modificarla. L.E.: ¿Cuál fue el mayor reto que tuviste como escritor para encontrar la voz o las voces de Margot? A.M.: Siempre trato de que los personajes queden bien conformados y se ajusten a la historia que quiero contar y no que los personajes modifiquen la historia. No es que procure un final en específico, trato de apostarle a un final esperanzador cuando se puede. Siempre que veo que hay una posibilidad de abrir la ventana a la luz de la mañana. Mi apuesta es a favor de la reconciliación o el descubrimien- to del propio valor de los personajes. Esto cumple la función de conmover para sentirte con el protagonista, no porque haya conseguido lo que busca sino por todo lo que tuvo que pasar en el proceso. ANTONIO MALPICA Nació en la Ciudad de México en 1967. Estudió Ingeniería en Computación en la UNAM. Desde 1987 ha escrito en coautoría con su hermano Javier, diversas obras de teatro y varias han sido llevadas a escena. En 2001 publicó su primera novela infantil Las mejores alas y a partir de entonces no ha detenido su prolífica producción literaria. Ha recibido diversos reconocimientos por sus libros infantiles y juveniles como el Premio Gran Angular y el Premio Barco de Vapor, el Premio Norma y el Premio Iberoamericano de SM. Editorial Norma le ha publicado 11 de sus obras. Entrevista Lorenza Estandía, editora Norma México. “Mi apuesta es a favor del descubrimiento del propio valor de los personajes, de conmover para encariñarse con el protagonista, eso es lo que mueve interiormente al lector.”
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy MTkzODMz