BARATARIA 19
Barataria 2018 18 YOLANDA REYES “… Un material de la literatura es, precisamente, la transformación humana”. F.H.D.: Los procesos de crecimiento representan un motivo recurrente en mu- chas novelas juveniles. ¿De qué manera los lectores de estas edades pueden encontrar en la literatura respuestas a estas transformaciones que experimen- tan en ellos mismos? Y.R.: Me parece que en toda novela, sin importar “la edad de la novela” (supo- niendo que exista ese concepto), hay un proceso de crecimiento en el sentido de que los personajes se transforman y no son los mismos en la primera y en la última página. Quizás por eso resulta difícil escribirlas y, quizás también por eso, un joven lector puede sentirse interpelado con la transformación de los personajes de una novela: con esos llamados “dolores de crecimiento” que quizás él experimenta y a los que muchas novelas (no solo las juveniles) dan palabras. A mí me interesa explorar esos bordes cuando escribo: esos tránsi- tos entre momentos o estados distintos de la vida que a veces no se nombran mientras estamos ocupados en vivir y en atravesarlos. Pienso que crecemos de muchas formas (incluso al envejecer) y que un material de la literatura es, precisamente, la transformación humana: el efecto del tiempo en las personas. Los jóvenes perciben ese tirón que significa crecer; quizás por eso necesitan mirar el devenir de otros para poner el suyo en perspectiva. F.H.D.: ¿Cuál fue el mayor reto que tuviste como escritora para encontrar la voz o las voces de Los años terribles ? Y.R.: Fue un trabajo muy difícil al comienzo porque cada una de las tres prota- gonistas contaba su historia en primera persona. Y cuando alguien dice “yo”, puede parecer imposible que esa misma persona diga de nuevo “yo”, pero que ya no sea el primer yo sino otra persona que usa la misma perspectiva para hablar consigo misma y sobre sí misma. Y el asunto se complica más con una tercera persona que también se nombra “yo”. En este caso, esas tres voces surgían de una autora ( de otra yo) que las iba tejiendo en una especie de trenza. Tuve que conocerlas bien: dejarlas hablar, dejar que me hablaran y eso significó un trabajo apasionante de construcción de personajes, de tonos, de texturas. Quería que sonaran distinto y las dejé habitar dentro de mí hasta que cada una fue encontrando su lugar, capítulo por capítulo. A veces he comparado ese ejer- cicio con los juegos de muñecas de mi infancia: yo iba hablando por cada una y ellas iban creciendo y al mismo tiempo que hablaban, iban emergiendo: se iban haciendo personajes independientes de mí. Nació en Bucaramanga en 1959. Ha consolidado una obra como autora no solo para niños y jóvenes, sino también en narrativa para adultos y como ensayista. Estudió Ciencias de la Edu- cación en la Universidad Javeriana de Bogotá. Dirige y fue fundadora del Taller Espantapájaros, espacio de formación integral para la primera infancia. Su libro La casa imaginaria (Norma: 2007) es un referente ibe- roamericano sobre la for- mación lectora en la prime- ra infancia. Recibió en 1994 el Premio Jóvenes Talentos de Fundalectura, y algunos de sus libros han sido se- leccionado en la lista White Ravens. Entrevista Fanuel Hanán, Jefe de Relaciones Estratégicas LIJ, Editorial Norma Colombia. Fotografía por Paula Guerra Arjona
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