BARATARIA 19
        
 17 Al igual que en Frankenstein , la soledad y el abando- no acompañan a algunos de estos protagonistas y el trauma del crecimiento se aborda desde la perspecti- va de personajes adolescentes que rompen el vínculo con la madre, se alejan del hogar materno, para rea- lizar un viaje iniciático en el que buscan enfrentarse cara a cara con el padre que los abandonó en la infan- cia o que, estando presente, no ha ejercido de manera estable la protección esperada. Es el caso de Sebas, el protagonista del libro de Albei- ro Echavarría El muchacho de la boina blanca . Abando- nado por su padre al poco tiempo de nacer, vive con su mamá y sus tías en casa de la abuela. A pesar de ser un muchacho sensible e inteligente, sus compañeros de colegio lo atormentan sin descanso, burlándose de sus gestos y de su manera de vestir. Todo cambia, sin embargo, cuando es adoptado por un excéntrico in- ventor, amigo de su madre, quien funge como padre. Pero solo cuando Sebas enfrenta a su padre biológi- co puede emprender una profesión distinta y asumir su condición de adulto: “Lo extraño es que nada, ni siquiera las huellas del hambre impresas en mis ta- lones, ha logrado que sienta odio hacia usted. Pero es por una razón: no puedo odiar lo que no existe, lo que ya murió” (p. 195). Decide olvidar, reparar la rabia y el dolor y superar cualquier idea de venganza buscando por sí mismo un lugar y un nombre propios en la so- ciedad. De manera similar, apuntando también a la recupe- ración del padre ausente, Pedro Badrán revela en la historia de Sócrates, personaje principal de sus novelas Todos los futbolistas van al cielo y Sangre de goleador , el crecimiento de un chico cuya vida estu- vo determinada por el fútbol, incluso desde antes de su nacimiento. Hijo de un futbolista que lo abando- na antes de nacer porque está más interesado en su propia consagración, crece al cuidado de su madre y de su abuela. El chico solo puede superar el indivi- dualismo y su afán de protagonismo en la cancha el día que su padre regresa y le enseña a cobrar tiros libres. En este caso, el conflicto con el padre se re- suelve por la conjunción de intereses y por la mane- ra como el reencuentro permite la consolidación de un lugar personal en el fútbol que, estimulado por el progenitor, resulta una metáfora sobre la autorre- conciliación y el reconocimiento de los afectos y los fines que soportan la vida. En su libro Tony , la autora ecuatoriana Cecilia Velasco construye un relato polifónico sobre la adolescencia a través de las voces de varios jóvenes cuyas experien- cias familiares y emocionales demuestran que hay tantas formas de crecer como diversas son las singu- laridades de cada uno de ellos. Tony es hijo de un pa- dre chino estricto y tan violento que lo lleva a dudar de sus sentimientos hacia él: “…tal vez los dos estamos muriendo de pena por no poder hablarnos. Siento que tal vez me arrepentiré, más adelante, cuando ya sea un adulto como él o un viejo, de no haberle pregun- tado por el significado de tantas cosas” (p. 24). Por su lado, Miguel y sus hermanos viven en casa de su abuela después de que su padre los abandonó y su madre se siente arrimada en un lugar que no le perte- nece. Julia toma la decisión de suicidarse cuando sus padres malinterpretan su relación con Consuelo y la alejan de ella. En este caso, los jóvenes no encuentran un lugar propio donde crecer o no obtienen el recono- cimiento ni el afecto que necesitan para hallar signifi- cado a su existencia. Es significativo que en estas novelas juveniles el cre- cimiento, el paso de la infancia a la adolescencia, está marcado, al igual que en Frankenstein , por la soledad y el abandono del padre. Jóvenes más o menos in- quietos que de alguna manera deben superar la ne- gación de lo real o lo imaginario en su núcleo familiar para crearse un lenguaje que puedan usar para com- prenderse y construirse a través del carácter en la adolescencia. Representan a tantos jóvenes de nues- tras comunidades que son abandonados a su suerte, ya sea por padres que estando presentes no asumen su papel benefactor o por padres ausentes que niegan de manera rotunda su paternidad; padres que segu- ramente también fueron abandonados en su infancia y no conocen la importancia de los lazos familiares en el crecimiento. Algunos encuentran una forma acer- tada de representarse en el mundo y construir su pro- pia identidad superando las dificultades y el dolor de crecer. Aunque la literatura no pretende la identificación de los lectores, los adolescentes pueden encontrar re- ferentes de crecimiento y superación en los protago- nistas de las historias leídas. Ya sea para descubrir claves que les ayuden a crecer o para establecer una imagen de la cual alejarse críticamente y elegir un ca- mino propio.
        
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