BARATARIA 19

Barataria 2018 12 Al inicio de La lluvia sabe por qué , de la escritora ecuatoriana María Fernanda He- redia, un niño le dice a su madre que no le gustan los pájaros porque se comen las migas de pan. “Claro, tienen que alimentarse”, contesta ella y el pequeño, enfadado, añade: “Pero si se comen las migas de pan, alguien no va a encontrar el camino de regreso a casa”. La madre sonríe. Ha entendido. Entonces abraza fuerte a su hijo para que este comprenda que a él no le va a ocurrir lo que les pasa a los niños de los cuentos. Esta escena funciona en la mente y en el corazón de los lectores como una piedra arrojada a un río, como un hechizo que nos impele a seguir la línea que se traza en el aire para ver dónde caerá el objeto, a dónde nos llevará la historia y qué ondas se dibujarán en ese espejo de agua y papel. ¿Cómo se logra esto? Debe haber varias formas, pero creo que mucho tiene que ver con que para llegar a revelar el sentido de algo hay que pasar por una aduana, que es la complicidad del lector. Hay que hacer creíble la historia. Volverla vida. Y para ello, a veces, hay que sacudir emocionalmente al lector. Existen escritores que lo llenan todo con las palabras, que deslumbran con sus recursos estilísticos. A otros, más bien, les interesan los silencios, lo no dicho, lo que se adivina. Hay quienes necesitan saber a dónde quieren llevar una historia antes de comenzar a escribirla y hay quienes se dedican a seguir a sus perso- najes, a intuir lo que sienten, lo que dirían. Podríamos continuar enumerando supuestos, pero lo más probable es que estos procedimientos sean funcionales a la historia que cuentan. A propósito de esto, interrogado sobre la tendencia “mini- malista” de sus dos primeras novelas juveniles, Antonio Santa Ana respondió: “Yo hablo muy rápido, pero escribo muy lento. No soy alguien capaz de producir ocho páginas de una sentada (…). Y ahora que lo pienso, en ese ritmo de escritura no podría hacer demasiadas florituras. Tal vez sea por eso lo breve. Tal vez el ‘estilo’ sea una consecuencia de mi ritmo lento”. (2008, 10) La literatura juvenil y la importancia de sentir Por Jéssica Rodríguez Docente, editora y escritora. Magíster en Literatura Pe- ruana y Latinoamericana por la Universidad Nacional Ma- yor de San Marcos. Ha publi- cado varios libros de ficción, entre ellos, la novela La zona invisible (Premio Barco de Vapor - Perú 2015). Actual- mente, es jefa editorial de Literatura Infantil y Juvenil de Editorial Norma Perú.

RkJQdWJsaXNoZXIy MTkzODMz