BARATARIA 19
11 SANDRA SIEMENS “Las víctimas no suelen tener voz”. L.L.: Por lo general, los autores cuentan que siempre hay algo autobiográfico en sus obras. ¿También es ese tu caso en El hombre de los pies-murciélago ? S.S.: No hay nada autobiográfico en esta novela. Empezó a gestarse a partir de haber visto una noticia en la tele. Un video de un grupo de estudiantes parisinos que molían a patadas a otro estudiante magrebí. Hablaban de bullying . Yo nunca había escuchado esa palabra. Cuando investigué, me encontré con que era la nueva manera de llamar a algo muy viejo que sí conocía: el acoso. La investiga- ción que hice a partir de haber visto aquel noticiero fue el material con el que trabajé en esta novela. Una búsqueda que me confirmó algo que lamentable- mente suele pasar: la realidad supera a la ficción. L.L.: Entre los personajes los hay violentos (Gonza, Iván, Fede), hay quienes apa- rentemente se dejan llevar por falta de carácter (Jazmín, Lara) y hay quienes reaccionan -antes o después- (Vic, Maca). Y hay dos víctimas: Esper y Dolo. ¿Los lectores se reconocen habitualmente en alguno? S.S.: En general, los que se han animado a hablar son los que se identifican con las víctimas, los que han pasado por alguna circunstancia similar. Y es curioso porque las víctimas no suelen tener voz. Entonces ocurre que un personaje de ficción presta la suya para que a alguien le crezca la voz verdadera. Es una ex- periencia muy fuerte. Una chica que se para frente a un auditorio de trecientos alumnos y llora y me agradece porque después de haber leído el libro, se animó a contar… Yo sé que lo que agradece es que Esper o Dolo hayan empujado su voz obstruida hasta hacerla audible. Por eso cuando –invariablemente- me preguntan si esa novela (u otra) sirve para algo concreto, yo digo que no tengo idea. De lo único que estoy segura es de que la literatura nos transforma. Nunca somos los mismos que entramos al libro cuando salimos de él. L.L.: La novela fue publicada en 2009. ¿Cómo fue recibida por los profesores y mediadores en aquel momento? ¿Percibís alguna diferencia entre aquellos lec- tores y los de hoy? Supongo que habrá sido bastante más estremecedora cuando apenas salió que lo que es ahora. Aunque no creo que el impacto fuera por lo que la novela conta- ba, sino por cómo lo contaba: con personajes violentos, escenas duras, lenguaje crudo, un final que lejos de cerrarles la historia con moño, los inquieta. Ahora, aunque ya no aparecen tantas preguntas sobre el uso del lenguaje, el final sigue provocando incomodidad. Y eso me gusta. Nació en 1965 y vive en Wheelwright, un pequeño pueblo del sur de Santa Fe (Argentina). Cursó estudios de literatura en la Univer- sidad Nacional de Rosario. Ha publicado en Argentina, España, México y Colombia. Su libro El hombre de los pies-murciélagos formó parte de la lista de White Ravens. Ganó el premio Norma-Fun- dalectura en 2008 con El último heliogábalo y, al año siguiente, El Barco de Vapor por La muralla . También re- cibió el Premio Nacional de Literatura Infantil en 2011. La filial de IBBY de Argenti- na destacó a su libro Tatuajes como la mejor novela juvenil de 2015. Con su novela Lucía, no tardes , ingresó a la Lista de honor de IBBY 2018. Entrevista Laura Leibiker, editora Norma en Argentina.
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