BARATARIA 18

Barataria 2017 1 Editorial Pero ¿qué es la literatura infantil? ¿La que está escrita para los niños o la que los niños leen? Ambas, probablemen- te. Durante siglos, los pocos niños alfabetizados no tenían otra opción que apropiarse de textos no específicamente escritos para ellos, desde la Biblia o los clásicos de la Anti- güedad, hasta las fábulas de La Fontaine o los cuentos de Perrault. En 1699 Fénelon escribió lo que está considerado el primer libro infantil de ficción, las Aventuras de Téléma- que , para el nieto de Luis XIV, y Mme. de Beaumont, en su Revista para los niños (1757) , propuso una publicación dirigida únicamente a ellos, mezclando consejos morales y cuentos fantásticos, como el de la bella y la bestia . A inicios del siglo XIX, aparecieron los editores especializa- dos en la infancia. Pierre-Jules Hetzel, en su Nueva revista para los niños , encargaba textos a grandes escritores como Alphonse Daudet o Georges Sand. Louis Hachette (hoy primera editorial francesa) inventó La Biblioteca Rosa. Pero la invención más francesa de esta época son los álbu- mes ilustrados. El equilibrio exigente y delicado entre texto e imagen, aliado a una dinámica humorística, abrió nuevos horizontes para la lectura, con las aventuras desopilantes de la Famille Fenouillard, primer cómic francés, o las tonte- rías del pato Gédéon del gran Benjamin Rabier, sin olvidar Bécassine de Pinchon o Babar de Jean de Brunhoff. En 1931 ocurrió otra revolución: Paul Faucher, de la editora Flammarion, creó los álbumes del Père Castor. Nuevo concepto, esto álbumes de pocas páginas permitieron su apropiación directa por los lectores, sin necesidad de intro- ducción por un adulto. Los niños por fin se independizan de los gustos y de las intenciones de sus padres. Se re- conocen su naturaleza híbrida (seres completos en acción / seres futuros en formación) y sus capacidades puestas en evidencia por la psicología (una comprensión instintiva de lo simbólico y metafísico; una empatía inmediata con las imágenes, aliada a una gran flexibilidad lingüística; una facultad para sobreponer varias capas de realidad). Este nuevo concepto de lector favorece una mirada más autoral hacia la literatura infantil y juvenil, gracias a editoras como la École des Loisirs, nacida en 1965. El éxito planetario de El Principito de Saint-Exupéry y la aparición de numerosas revistas para niños también ayudaron al reconocimiento de una literatura que da voz a los niños. La literatura infantil y juvenil es hoy el segundo sector de la edición francesa después de la literatura general, con 20% de las ventas en volumen. Numerosos festivales y asocia- ciones (en particular el festival de Montreuil o la asociación La joie par les livres), 40 premios, la red de bibliotecas pú- blicas y de librerías permiten la divulgación de esta produc- ción editorial, con la ayuda del Estado. Finalmente, la literatura infantil y juvenil es también un terri- torio de encuentros y de intercambios internacionales. Sus temas son los de los niños del mundo, lo que explica el éxito de la producción francesa en Colombia, donde ha sido traducida por editoriales como Babel, Rey Naranjo, Taller Roca, Luna Libros, Nómada Ediciones, Norma, Loqueleo, Panamericana y universidades, por citar algunas. El Pa- bellón francés en la FILBo permitirá profundizar el diálogo entre autores, editores, y, por supuesto, lectores de am- bos países, en torno a la riqueza incluyente de la literatura infantil y juvenil. Es una manera de involucrar a los niños, ciudadanos del futuro, en la diplomacia cultural. Anne Louyot Comisaria general del Año Colombia-Francia 2017 Fotografía por William Parra En el marco del Año Colombia-Francia 2017, el pa- bellón de Francia, país invitado de honor en FILBo 2017, estará dedicado a la literatura infantil, con una librería exclusiva, un espacio para talleres, una ex- posición y gran parte de la delegación de autores e ilustradores invitados.

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