BARATARIA 18

Francia ha sido sin duda un país pionero en la literatura infantil y juvenil (LIJ), y se ha convertido por la calidad y madurez de su edición en un ejemplo a seguir para otros países. No sólo porque ha sido la cuna de autores clásicos como La Fontaine, Charles Perrault, Julio Verne o Antoine de Saint-Exupéry, sino por la recurrente dis- posición a tratar temas provocativos y controversiales en la LIJ. Este año la Asociación Colombiana de Librerías Inde- pendientes (ACLI) fue seleccionada para realizar la cura- duría de las librerías del pabellón del país invitado en la FilBo. Para la comitiva de Francia la LIJ era uno de los te- mas a resaltar en esta feria y es por eso que tendrá una librería especializada. Durante el proceso para deter- minar una muestra representativa e interesante para el mercado local, surgieron muchas preguntas: ¿Por dón- de empezar a seleccionar los libros? ¿Cuáles son funda- mentales? ¿Cómo saber cuáles escoger? ¿Qué autores o ilustradores son imprescindibles? ¿Qué libros podrían representar un reto para los lectores? Hacer esta selec- ción de títulos infantiles y juveniles franceses no fue una tarea fácil, pues la oferta era diversa y amplia. Además, existía ya una gran cantidad de libros que circulan en nuestro mercado de autores e ilustradores franceses y que debían ser evaluados en el conjunto. De este modo, 18 Clásicos y desafiantes: literatura infantil y juvenil francesa No hay artes para niños, hay sólo Arte. No hay dibujos para los niños, hay sólo dibujos. No hay colores para los niños, hay colores. No hay literatura para niños, hay literatura. Partiendo de estos cuatro principios, podemos decir que un libro para niños es un buen libro cuando es un buen libro para todo el mundo. François Ruy-Vidal Por María Carreño

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