BARATARIA 18

14 ¡Un poco de historia! A partir de los años 80 la literatura juvenil* (esta denominación incluye todos los gru- pos de edades, desde la primera infancia hasta la adolescencia) comenzó verdade- ramente a imponerse en todos los lugares de vida de los niños en Francia. Pero hay que retener una fecha que marca los comienzos de esta aventura, es el año 1965, con tres eventos fundadores: Para la edición juvenil, se trata de la creación de l’école des loisirs que va a trans- formar la mirada que se tenía sobre los libros para niños, publicando obras en su mayoría proveniente de los Estados Unidos que tomabann en serio al niño, que confíaban en él, en su criterio. Evoco por supuesto los álbumes de Leo Leonni, Iela Mari, Arnold Lobel, Maurice Sendak, del francés Tomi Ungerer… El libro para niños en Francia es el resultado de una larga historia, jalonada por excelentes libros. Pen- semos, entre otros, en Babar o en los álbumes del Père Castor, pero no había para ese entonces una organización de la distribución que permitiera su difusión en todo el país. La frecuentación de estos grandes libros venidos de otras partes va a inspirar a creadores franceses, autores-ilustradores que fueron los que luego llevaron este género al éxito: Solotareff, Ponti, Nadja, Dumas,… En cuanto al mundo de las bibliotecas, se crea la biblioteca de la Joie par les livres, (la alegría por los libros) en un suburbio de Paris, y cuya arquitectura y decoración, pero sobre todo los espacios destinado a los niños, están pensados para que lo conviertan en su lugar preferido, su sitio de adicción a la lectura. Este espacio se convirtió muy pronto en un lugar de formación para los bibliotecarios infantiles, un lugar de conservación de libros y también de documentos, un lugar de reflexión y de crítica sobre la producción editorial, y que dará origen a la Revue des livres pour enfants (Revista de los libros para niños) que encontramos todavía en las bibliote- cas para niños del país. Finalmente, la mirada que se tiene sobre esta literatura se modifica con la entrada, como actor importante, del grupo de prensa Bayard,¡ y su revista mensual “Pomme d’Api” (*), que promueve una lectura que es al mismo tiem- po “placer” y realización personal para los niños. Desde 1965 el movimiento no cesó de amplificarse y actualmente podemos decir que el libro está presente en todos los lugares de vida de los niños. La política familiar podría ser mejor desde luego, sin embargo, permite a la gran mayoría de las mujeres trabajar y la natalidad en Francia es la más elevada de Europa, con cerca de 2 hijos por mujer. Un sector editorial muy dinámico y creativo Actualmente se registra en Francia un centenar de editoriales para niños y jóvenes. Éstas son de todos los tamaños y aparte de los dos grupos más grandes, Hachette y Editis que son internacionales, las demás casas son independientes. Lo “políti- camente correcto” del mundo anglosajón tiene una influencia muy limitada. De allí se desprende el hecho de que se haya desarrollado en este sector una hermosa creatividad, como lo demuestra el éxito año tras año de los álbumes franceses en el La literatura infantil en Francia y su promoción por Nathalie Beau (*) Litterature jeunesse, en francés. A finales de los años 70 creó la Bouquinette, una de las primeras librería especializadas para niños en Francia. Participó en la creación de la Asocia- ción de librerías especiali- zadas para niños. Ha sido responsable del sector internacional del Centro Nacional de la literatura juvenil, de la Biblioteca Nacional de Francia.

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